Un jugador de póker profesional, siempre ve el juego como su trabajo. Si se trata de su trabajo, el consumo de alcohol en el lugar de trabajo es inaceptable. El deseo de ganar dinero con este tipo de juego puede provocar varios tipos de cambios en la salud del jugador. El alcohol puede ayudar a aliviar el estrés y también puede agravar el estado de un jugador ya inestable. Intentemos comprender por qué los jugadores se entregan a los efectos perjudiciales de las bebidas calientes. Algunos de ellos ayudan a aliviar el estrés, a deshacerse del miedo o simplemente a sumirse en un estado de somnolencia después de un largo partido.
Existe la percepción de que los jugadores de póquer beben alcohol con bastante frecuencia. Se trata de una imagen que el ciudadano medio puede ver mientras ve películas o informa sobre series de póquer. Los jugadores de póquer no hacen un gran secreto de ello. Echemos un vistazo a lo que han respondido los jugadores de póquer que pasan regularmente por la mesa de juego y obtienen un ingreso regular del póquer. Esto es lo que respondieron a la pregunta: «¿Se puede beber mientras se juega?». La mayoría de los profesionales respondieron afirmativamente a esta pregunta y admitieron que el alcohol les ayuda durante un partido intenso. Todos somos seres humanos y los jugadores de póquer son tan susceptibles al vicio como cualquier otro ser humano. Ganar dinero jugando al póquer puede robarle a una persona. Por lo tanto, bajo el grado, no se pueden descartar grandes pérdidas y otras cosas desagradables.
¿Hablamos de si los jugadores de póquer deben consumir bebidas alcohólicas? Un famoso jugador de póquer, «Purity», ha dado su opinión al respecto. Su principal ocupación, desde hace más de 10 años, es ganar dinero con el póquer.
Las bebidas calientes son un atributo imprescindible que todo jugador de póker utiliza independientemente del nivel. El alcohol lo consumen no sólo los profesionales, sino también los aficionados a este entretenimiento. El estrés es algo a lo que todos los PRO se enfrentan, y el alcohol es una solución a este problema.
Purity también se enfrentó a esta lacra al principio de su carrera. Se hizo adicto a esta adicción. Era normal que bebiera dos vasos de whisky, diluidos con cola. De este modo, Purity trató de conciliar el sueño tras un nuevo partido que le sacó de su ritmo habitual.
Pero no te obsesiones con ello, lo principal es entender qué quieres de la vida, cuál es el sentido. Nuestro héroe pasó por esto, y consiguió replantearse muchas cosas. Comprendió que debía dejar de tomar bebidas alcohólicas y de fumar.
Purity también se ha dado cuenta de que se puede disfrutar de la vida sin consumir ninguna droga, y está haciendo todo lo posible por tomárselo con calma.
En realidad, es muy difícil responder a esta pregunta, ya que la cantidad de alcohol tiene cierto efecto en la actividad cerebral de una persona. Aunque intentes controlar lo que bebes, tarde o temprano superarás el límite de seguridad. La vida es un campo en el que hay que trabajar constantemente, no sólo para ganar dinero sino también para deshacerse de los malos hábitos. Por lo tanto, cualquier dopaje te impide trabajar duro y arruina tu salud.
Al jugar al póquer, el jugador se ve influenciado por varios factores y, como resultado, se estresa al intentar beber alcohol. Pero esto no es una solución, simplemente mira la situación estresante desde un ángulo diferente y deja de ahogar una situación estresante en otra.
Cuando se habla de cómo afecta el alcohol al juego, es imposible dar una característica «negativa» o «positiva». Hay que tener en cuenta lo que realmente ocurre. El alcohol no es una panacea. Por ejemplo, puedes pensar que una determinada dosis de vino puede mejorar la circulación sanguínea para que tu cerebro trabaje más rápido y puedas tomar decisiones en el póker.
Pero si no puedes ser valiente y confiado sin una bebida caliente, esto está lleno de problemas. Para empezar, tienes que averiguar qué es lo que provoca el miedo en ti.
Antes de empezar a jugar, intenta restablecer tu mentalidad y darte cuenta de que el alcohol no te ayuda, sino que es tu enemigo en cualquier situación de la vida.